Vida Nueva (Elul)



El Calendario Cabalístico del mes de Elul. 
Ben Itzjak. Editorial Edaf. Vivir Inspirado. 
Akiva Tatz. 

Elul es el último mes del año, y entendido como tal, un final es una invitación al balance personal, y también es la sospecha cierta de un nuevo comienzo. Es un tiempo tan difícil como promisorio. Difícil puesto que hacer un balance supone el haber transitado un año con proyecto, con conciencia de sentido, de propósito…y eso probablemente a muchos de nosotros nos agarre mal parados…tantas ocupaciones, tanta crisis por doquier no dejan tiempo ni espacio a la reflexión silenciosa que se requiere para mirar dentro de uno mismo. 

A quien esto le genere un mínimo de eco, podrá entonces percibir lo prometedor de estos días previos a Rosh HaShana

Aún hay tiempo de sentarse en el sitio favorito de la casa, con una hoja en blanco a repensarnos; o hacer una cita con un buen amigo / a para compartir preguntas esenciales: ¿Dónde estoy parado? ¿Hacia donde estoy yendo?..¿A qué aspiro en mi vida? ¿Qué es lo esencial en mi, y qué lo secundario? …¿Existe coherencia entre lo que aspiro y lo qué estoy haciendo? No existe entidad creada en el universo que sea capaz de traicionar su esencia; un manzano jamás querrá dar peras, ni un perro parecerse a un caballo. Sólo el hombre es capaz de perder la memoria esencial, la memoria del alma y desertar de su tarea primordial. 

Sólo el hombre es capaz de moverse por el mundo desconociendo su origen, y su misión, puesto que nos fue dado el libre albedrío para elegir. No obstante, la consecuencia natural de un tránsito amnésico va a dejar al descubierto la incapacidad para comprender las señales, para unir los sucesos y proveerlos de significado, y naturalmente va a boicotear la posibilidad de una vida plena. 

Imaginemos por un momento como era la vida del hombre sin aviones e Internet; es posible intuir que las circunstancias lo predisponían a vivir con ritmos más constantes y naturales, y que muy probablemente disponía de más tiempo para conocerse, y desarrollarse y menor cantidad de estímulos externos podían desviar su mirada ayudándolo a contraer amnesia de sentido. 

Nosotros disfrutamos de avances tecnológicos sin precedentes; podemos cambiar de escenario, país, o residencia en horas, comunicarnos con quien sea y donde sea y sin embargo somos reacios a conversar en soledad elegida, reacios al silencio interior, a reconocer nuestros artificios, a generar cambios de rumbo esenciales, reacios al trabajo comprometido con nosotros mismos. Sufrimos de olvido crónico, confusión, inconstancia y un dejo de indiferencia por casi todo.. Sin embargo el tiempo es un latigazo a la apatía; difícilmente exista un hombre insensible al paso del tiempo. Su constante circularidad actúa en el mejor de los casos como un despertador, con forma de enigma, activando sutilmente la sospecha de que hemos venido a este mundo para algo…y el tiempo pasa…y?? Feliz quien recuerde, quien aunque más no sea revuelva en los cajones de la memoria buscando indicios del mapa… Rosh HaShana es el día de la creación del hombre. 
Es pararse nuevamente frente a la “gran posibilidad”, una edición nueva de nosotros mismos. La tela en blanco, en la mano una paleta de colores, y en el mejor de los casos un sonido del alma que nos inspire a plasmar nuestro dibujo, en silencio, frente al Creador, y que ese dibujo sea bendecido. Suena el shofar, el Cielo se abre y con el la aventura de elegir vivir una vida más verdadera, un milímetro más cerca del corazón… No es casual que la última porción semanal que se lee cada año en Elul, antes de Rosh HaShana esté escrito en la Torá: “Hoy mismo convoco como testigos al cielo y a la tierra, de que pongo ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que vivas tú y tu descendencia…” (Deuteronomio 30:19) 

Que seamos bendecidos con la claridad y la honestidad para hacer un balance profundo y comprometido. Aún quedan algunos días para el día de la Gran Renovación, Aprovechémoslos! Y que el modelo de nuestro Patriarca Abraham nos inspire, tal como lo trae Akiva Tatz “En esto consiste la lucha de una persona que es sensible espiritualmente: generar constantemente vida nueva. Nuestro ancestro Abraham dijo de sí mismo: Va’anojí afar va’efer -“yo soy polvo y cenizas”. 

 La Torá nunca es pura poesía; cada matiz lingüístico posee un significado infinito. ¿Cuál es el significado de “polvo y cenizas”? La idea es esta: las cenizas constituyen el elemento puro que queda cuando una sustancia ha sido quemada completamente; el “polvo” de la tierra es esa parte fértil del suelo en el cual tiene lugar el crecimiento. Abraham -que fue aquel que del modo mas profundo representa la idea de renovación, de ser el padre, el fundador del pueblo judío, y forjo una nueva forma de vivir- se veía a si mismo incinerando constantemente lo que había llegado a ser a fin de utilizar esos elementos como suelo fértil para un nuevo crecimiento. 

A ningún elemento de su desarrollo le permitía continuar pasivamente, estar aquí hoy porque ayer estaba aquí. Todo su ser estaba destilado en una memoria que encarnaba el núcleo de un nuevo nacimiento, constantemente. Este es el poder del jidush,(Renovación) la renovación auto-generadora, fuente de la vida espiritual y el crecimiento.

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