ZOHAR- BERESHIT Parte II "Y la tierra era vacía y sin forma."



“Y la tierra era vacía y sin forma.”

La palabra hoithah (“era”), por ser pluscuamperfecto, implica que la tierra había sido previamente. Había nieve en medio del agua por cuya acción se produjo un
limo. Entonces batió, sobre él, un potente fuego y produjo en él un desecho. Así se transformó y se volvió Tohu (“Caos”) la morada del limo, el nido del desecho,
y también Bohu (“Informe”), cuya parte más fina fue tamizada del Tohu y permaneció sobre él.

La palabra “oscuridad” en el texto alude a este fuego potente. Esta oscuridad cubrió Tohu, es decir, el desecho que flotaba sobre él. El “Espíritu de Elohim” es un espíritu Kadosh (santo) que provenía de Elohim Jayim (“Elohim viviente”)

Y éste “flotaba sobre la faz de las aguas”. Cuando este viento sopló, se destacó del desecho una cierta película, como la película que queda encima del caldo que se va cociendo una vez que la espuma fue tamizada dos o tres veces.

Cuando Tohu fue así tamizado y purificado, surgió de él “un viento grande y fuerte que rajaba las montañas y quebraba en pedazos las rocas”, como ese que vio Elías.
De manera similar, Bohu, fue tamizado y purificado y allí surgió de él un terremoto, como con Elías. Entonces lo que llamamos “oscuridad” fue tamizado y ella contenía fuego, como a Elías se le apareció “fuego después del terremoto”.

Cuando lo que llamamos “espíritu” fue tamizado, aún había contenida en ello una
silenciosa pequeña voz.
Tohu es un lugar que no tiene color y forma y no se le aplica el principio esotérico de la forma. Parece por un momento tener una forma, pero cuando se lo vuelve a mirar no tiene forma. Toda cosa tiene una vestidura excepto el Tohu.

A su vez Bohu tiene figura y forma, esto es, piedras hundidas en el abismo de Tohu, pero a veces emergen del abismo en que están hundidas y de esta manera forman sostén para el mundo. A través de la forma de su vestidura constituyen sostén desde arriba para abajo, y ascienden de abajo hacia arriba y por eso son vacías y fuertes.

Están suspendidas en la expansión; es decir, a veces están
suspendidas en la expansión cuando se levantan desde el abismo. A veces están ocultas, es decir, en el “día nublado”, cuando extraen aguas del abismo para suministrarla a Tohu, pues entonces, hay regocijo de que Tohu haya sido desparramado por el Universo.

“Oscuridad” es un fuego negro de color fuerte. Hay un fuego rojo, fuerte en visibilidad; un fuego amarillo, fuerte en forma; y un fuego blanco cuyo color incluye a todos.
“Oscuridad” es el más fuerte de los fuegos y eso es lo que constituye el sostén de Tohu.
“Oscuridad” es fuego, pero fuego no es oscuridad, salvo cuando sostiene a Tohu.

El símbolo para esto: “Sus ojos eran oscuros de modo que no podría ver y llamó Esaú...” Aquí, también, “el rostro del malvado fue oscurecido” porque era el semblante del malvado. De ahí que este fuego se llame “Oscuridad” porque permanecía sobre Tohu y era por este sostenido.
Este es el sentido intrínseco de las palabras:
“Y la oscuridad sobre la superficie del abismo”.
“Espíritu” es la voz que descansa sobre Bohu, y lo capta y lo guía como es requerido. Esto se simboliza en las palabras: “La voz del Adon está sobre las aguas”; y así, también: “El espíritu del Adon flotaba sobre el haz de las
aguas”. “Haz de las aguas” significa piedras hundidas en el abismo, llamadas así porque salen de ellas aguas.
Así, cada uno fue provisto como correspondía.
Tohu está sobre la égida del nombre Schadai; Bohu bajo la de Zebaot; “Oscuridad”, bajo la de Elohim; “Espíritu” bajo la de YHVH.

Ahora comprendemos lo que ocurrió a Elías: “Había un viento fuerte que rompía las montañas, pero el Señor no estaba en el viento”, porque este nombre no se hallaba en él, pues Schadai preside sobre él a través de la naturaleza mística de Tohu.

“Después del viento hubo un temblor, pero el Señor no estaba en el temblor”, pues sobre él preside el nombre Zebaot, a través de la naturaleza mística de Bohu,
que es llamado “temblor” (raasch), porque tiembla continuamente.
“Después del temblor hubo un fuego, pero el Señor no estaba en el fuego”, porque sobre él preside el nombre Elohim desde el lado de la oscuridad.

“Y después del fuego hubo una pequeña voz silenciosa”; y aquí, por último, se encontró el nombre YHVH.

Hay en este versículo cuatro cláusulas correspondientes a las cuatro llamadas  “secciones del cuerpo” y “miembros” que, siendo cuatro, son resolubles en doce.


Aquí, también, está el grabado nombre de doce letras que fue transmitido a Elías en la cueva.

Continua...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sháar Habitajón (El Pórtico de la Confianza)

El ser humano debe asemejarse a su Creador

El tiempo es tan amargo como Maror