Zohar Bereshit parte III “Y Elohim dijo, que haya luz; y la luz fue.”



Desde este punto podemos comenzar a descubrir cosas ocultas que se relacionan con la creación del mundo en detalle. 
Pues hasta aquí se describió la creación en general, y más abajo se repite la descripción general, de modo que tenemos una combinación de general-particular-general. Hasta aquí el todo se hallaba suspendido en el vacío en directa dependencia de la Ilimitado. Pero, cuando la energía fue extendida a través del palacio supremo a que se refiere el nombre Elohim, el término “decir” se emplea en conexión con esto, en las palabras: “Y Elohim dijo”. 

Pues a lo que está más allá del “decir” no detallado se le adscribe; porque aunque la palabra Bereschit es una “expresión creadora” (maamar), las palabras “y dijo” no se emplean en conexión con ella. La expresión “y dijo” (vayomer) abre la puerta a la indagación y al entendimiento. Definimos este “decir” como una energía que fue elegida en silencio del ilimitado místico mediante el poder místico del pensamiento. De ahí que: “Y Elohim dijo” significa que ahora el antes mencionado palacio generó de la santa simiente con la que estaba encinta. Mientras produjo en silencio, lo que portaba se oía afuera. 

Lo que portaba, portado en silencio, era sin hacer un sonido, pero cuando lo que salió de ello y que hizo salir, se volvió una voz oída afuera, es decir: “Que haya la luz”. Todo salió producido bajo esta categoría. La palabra Yehí (“que haya”, “que sea”) indica que la unión del Padre y la Madre que simbolizan las letras Yod y Hé, se volvió un punto de partida –simbolizado por la segunda Yod- para una extensión ulterior. “Luz, y la luz fue.” Estas palabras implican que ya había luz. 

La palabra Or (“Luz”), contiene una significación oculta. La fuerza expansiva que procede de los nichos ocultos del éter superior abrió una senda y produjo de sí misma un punto misterioso, o mejor dicho, el Ein Sof (“Ilimitado”), partió de su propio éter y descubrió este punto Yod. Cuando éste se expandió, lo que fue dejado del AVIR (“ÉTER”) resultó siendo OR (“LUZ”). Cuando el primer punto se desarrolló a partir de ello, se mostró encima suyo, tocándolo y, sin embargo, no tocándolo. Cuando se expandió, emergió en ser, y fue Luz (Or), salida del éter (avir). Y esto es lo que queremos significar al decir que había sido “previamente” y así subsistió. Ascendió y fue almacenada y fue dejado sobre ella un puntito, que continuamente se acerca por sendas invisibles al otro punto, tocándolo y, sin embargo, no tocándolo, iluminándolo en la manera del primer punto del cual salió. 

Por eso todo está ligado, e ilumina a ambos, al uno y al otro. Cuando asciende, ascienden todos y todos le están ligados, y alcanza en lugar del Ein Sof, donde es almacenado aparte y todo se vuelve uno. Este puntito de la palabra Or es Luz. Se extendió y brillaron de él siete letras del alfabeto, que no se solidificaron y permanecieron fluidas. Allí surgió entonces el Firmamento que evitó discordia entre los dos lados. 

Siete letras saltaron de un lado y siete del otro y todas fueran grabadas en ese Firmamento, donde permanecieron por un tiempo fluidas. Cuando el firmamento se solidificó, también las letras se solidificaron y adoptaron forma material. Así fue grabada allí la Torá para brillar más allá. “Que haya luz”: es decir, El Gadol (“Gran Dios”), lo que emergió del éter primordial. “Y fue”: significa Oscuridad, que es llamada Elohim. “Luz”: que significa que la Izquierda fue incluida en la Derecha, y así de lo que llamamos El fue producido Elohim. La Derecha fue incluida en la Izquierda, y la Izquierda fue incluida en la Derecha.

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