Dérej Hashem, Capitulo 4- Respecto del Estado del Hombre en Este Mundo y los Caminos que Tiene ante Él, en Detalle



1.En la situación del hombre en este mundo se distinguen dos aspectos: la característica propia del hombre, que consiste en sus partes y cómo éstas se combinan, y el lugar en el que es colocado con todo lo que lo acompaña. 

2.Respecto del hombre mismo, he aquí, ya dijimos que el hombre está compuesto de dos opuestos que se unieron en él: el alma y el cuerpo. No obstante, he aquí, vemos con nuestros propios ojos que lo material es lo principal en él y sus consecuencias son muy fuertes en su persona. Pues, he aquí, apenas después de nacer él es material casi por completo y el intelecto casi no obra en él, y aunque a medida que crece su intelecto va haciéndose mas fuerte en forma paulatina -dependiendo de la naturaleza de cada uno-, lo material no deja de dominarlo y dirigirlo hacia su naturaleza (hacia el materialismo). 

Sólo que si crecerá en sabiduría y será versado en ella y se fortalecerá en sus caminos, he aquí, a través de su esfuerzo él podrá dominar su naturaleza y no soltar de su mano el freno de sus deseos, y podrá fortalecerse dirigiéndose por los caminos del intelecto. [“Crecerá en sabiduría y se fortalecerá”, por consiguiente, de esto se entiende que si el hombre hará lo opuesto: no crecerá en sabiduría ni será versado en ella ni se fortalecerá en esos caminos, no podrá dominar su naturaleza y terminará dejándose llevar por todos sus deseos. 

Y esto es lo que dijeron nuestros Sabios: “Un ignorante no puede ser temeroso del pecado y un iletrado no puede ser piadoso”(Avot 2:6)] Y en verdad, la explicación de estos conceptos que vemos es que en la realidad y la esencia de la materia se encuentra la turbiedad y la oscuridad naturalmente, y esto es algo muy lejano y opuesto de todo aquello que hace a quienes se acercan a Hashem y se apegan a Su santidad. Y aunque el alma misma es esencialmente pura y sublime, he aquí, al entrar al cuerpo material y vincularse con él, se ve alejada y apartada de su verdadera esencia hacia lo que es su opuesto, y está sometida a él a través de una fuerza que la reprime, y no puede sobreponerse a ésta a menos que se esfuerce con una fuerza mayor que aquella que la somete. Y puesto que Hashem, decretó que esta combinación del cuerpo del hombre y su alma jamás se separe (pues la separación de la muerte es sólo temporal, hasta la resurrección, pero luego ella debe regresar al cuerpo y ambos coexistirán juntos eternamente), he aquí, es imperioso que el alma se esfuerce y se fortalezca, y vaya debilitando la oscura fuerza de lo material hasta que el cuerpo no quede oscuro, y así éste podrá elevarse junto con ella y brillar con la Luz Suprema, en el lugar de lo que ocurría al comienzo cúando ella se oscurecía y rebajaba junto a él. 

Y realmente, el hombre en este mundo se encuentra en una situación en la cual lo material ejerce una gran influencia sobre él, como dijimos, y puesto que la materia es turbia y oscura el hombre se encuentra en una gran oscuridad y está muy lejos de lo que debería: estar apegado a Él, a Hashem. Y en verdad, él debe poner su esfuerzo en fortalecer su alma contra la fuerza de su materialidad y mejorar su condición elevándose al grado que le corresponde. 

 3.Y el lugar en el que el hombre se encuentra también es material y oscuro, y todo lo que hay en él es material; y es imposible que todas las actividades del hombre en relación con sí mismo y con el mundo no sean actividades materiales y corporales, puesto que todo es material y corporal; y la característica propia del hombre y la combinación de sus partes lo obligan a dedicarse a esa actividad, pues es imposible que viva sin comer o beber o el resto de sus funciones naturales, y es imposible que viva sin bienes ni posesiones mediante los cuales consigue estas necesidades. 

Entonces, tanto por el lado del cuerpo del hombre como por su entorno y actividades, él se encuentra sumergido e inmerso en la oscuridad de lo material, y requiere de mucha energía y un gran esfuerzo para elevarse a una situación más pura que esa mientras necesita por naturaleza todos estos asuntos materiales. [Por un lado, el hombre necesita por naturaleza todos esos asuntos materiales, por el otro, él debe elevarse a un estado de pureza. Es por eso que para poder llevar a cabo su misión, el hombre requiere de mucha energía y un gran esfuerzo] 

4.Sin embargo, Su profunda sabiduría dispuso las cosas para que aunque el hombre se encuentre necesariamente inmerso en lo material, pueda obtener desde la materialidad misma la perfección y la elevación hacia la pureza y la excelencia a través de las actividades mundanas; y precisamente el rebajarlas representará su elevación, y es justamente a través de ello que obtendrá inigualable gloria y honor; al convertir la oscuridad en luz y las tinieblas en una luminosidad brillante. Y esto es así pues el Creador, estableció los términos y las normas bajo los cuales el hombre debe hacer uso del mundo y sus criaturas, y respecto de lo que debe ser su intención con relación a ellos, y cuando el hombre los utiliza acorde a esos términos y normas y con la intención que ordenó el Creador, esas mismas actividades físicas y materiales se convierten en actos de perfeccionamiento y a través de ellos se incrementa en el hombre la perfección y la gran excelencia, y esto hace que ascienda de su condición inferior, elevándose por encima de ella. [“Se incrementa en el hombre la perfección”, Rab Kaplan tradujo esta frase como: “y a través de ellos la perfección y la gran excelencia se convierten en una parte integral del hombre”] 
 No obstante, la Sabiduría Suprema tomó en consideración toda la imperfección que hay en la naturaleza del hombre y toda la excelencia y el honor verdaderos que el hombre necesita para poder apegarse a Él y gozar de Su bondad, y por todo esto estableció para él disposiciones y restricciones que, al observarlas, harán que se incremente en él toda la excelencia verdadera que necesita, y se elimine de él todo aquello que separa al hombre del apego al Supremo. Y si no hubiera un decreto que establece que el hombre debe morir, como dijimos anteriormente, a través de estas acciones el alma se fortalecería y la oscuridad del cuerpo se debilitaría hasta el punto en que el alma purificaría al cuerpo completamente, y ambos se elevarían a un estado de apego a Él, bendito sea Su Nombre. 

Pero puesto que el decreto fue establecido, esto no ocurre de una sola vez, aunque el alma en sí misma se fortalece y el cuerpo se purifica en potencia -no en la acción- y el hombre adquiere un estado de perfección en potencia que habrá de verse concretado a su debido tiempo. 

5.Y estas disposiciones y restricciones, he aquí, son los preceptos -los activos y los no activos-, los cuales cada uno de ellos tiene como propósito permitirle al hombre adquirir e incrementar en sí mismo un nivel particular de la excelencia verdadera que mencionamos o eliminar algún punto de oscuridad e imperfección, a través de la realización de aquel precepto activo, o la abstinencia de una acción, al observar aquel precepto no-activo. Y en verdad, el número de todos los preceptos, así como los detalles de cada precepto, he aquí, están basados en la realidad de la naturaleza y las características del hombre en todos sus aspectos, así como en la verdadera perfección necesaria, cada cosa conforme a las condiciones y términos requeridos para que el hombre se perfeccione. 

Y en verdad, puesto que la Sabiduría Suprema sabe realmente todo esto y conoce la naturaleza de todas las criaturas y sus características (y propósito) tal como fueron creados, tuvo todo en cuenta e incluyó en los preceptos que nos ordenó en Su Tora todo lo necesario (para llegar a la perfección), como dice: “Y Hashem nos ha ordenado realizar todas estas leyes… para nuestro bien…” (Devarim 6:24). 

6.Y he aquí, el propósito de todo el servicio es que el hombre siempre se dirija a su Creador, esto es, que comprenda y entienda que fue creado únicamente para apegarse a su Creador y que sólo fue puesto en este mundo para controlar su instinto y someterse a su Creador mediante el poder del intelecto -en forma opuesta a los deseos de lo material y sus inclinaciones-, y para encaminar todas sus acciones al logro de este objetivo sin desviarse del mismo. [Esto no significa que la persona debe abstraerse del mundo material por completo, sino que debe encaminar toda su vida y todas sus actividades hacia la realización de Su voluntad, Derej Lajaim] 

7.Mas el comportamiento del hombre se divide en dos partes: primero, lo que el hombre hace debido a que ello le fue ordenado, y segundo, lo que hace por estar obligado y por ser necesario. Es decir, la primera categoría incluye todas las acciones de los preceptos, y la segunda, todo el uso que el hombre hace del mundo para satisfacer sus necesidades. El objetivo de las acciones de los preceptos es claro: cumplir la orden de su Creador y realizar Su voluntad. Y he aquí, él cumple Su voluntad, a través de dos formas relacionadas entre sí: pues él cumple Su voluntad al hacer lo que le fue encomendado hacer, y segundo, pues a través de esa acción él se perfecciona de una manera determinada que es la consecuencia de ese precepto en particular. 

Y he aquí, de esta manera se está haciendo Su voluntad, pues Él desea que el hombre se perfeccione y llegue a gozar de Su bondad. Sin embargo, el uso del mundo por parte del hombre para satisfacer sus necesidades debe estar limitado también dentro de los límites impuestos por Su voluntad. 

Esto significa que él no debe hacer nada que Hashem lo haya abstenido de eso o se lo haya prohibido, y que sólo haga lo que es bueno para la salud corporal y la preservación de la vida de la mejor manera -no lo que es impulsado por las inclinaciones materiales o los deseos excesivos-, y que su intención sea que el cuerpo quede preparado y dispuesto para que el alma lo utilice acorde a la necesidad del servicio del Creador, sin encontrar ningún obstáculo por su falta de preparación y su debilidad. 

Y cuando el hombre haga uso del mundo de esta manera, ese uso mismo obrará un perfeccionamiento,y él adquirirá una verdadera excelencia como la que adquiere a través de la realización de todos los preceptos; pues también esto nos fue ordenado: mantener nuestro cuerpo en buena forma para poder servir a través de él a nuestro Creador, y servirnos del mundo para este objetivo y para este propósito conforme a los que necesitemos. De esta forma, nosotros nos elevaremos por medio de esa acción y también el mundo se elevará por estar ayudando al hombre a servir a su Creador. 

8.Y he aquí, lo que el hombre debe incrementar por sí mismo es el amor y el temor a su Creador, es decir, meditar sobre Su gran magnificencia y la tremenda pequeñez del hombre, y debe someterse delante de Él y avergonzarse frente a Su magnificencia, y ansiar y desear estar entre aquellos que Lo sirven enalteciéndose con Su alabanza y exaltandose con Su grandeza, pues estos (el amor y temor) son medios poderosos que acercan al hombre a su Creador, purifican la oscuridad de la materia, hacen que brille el resplandor del alma y hacen que el hombre se eleve paso a paso hasta conseguir Su cercanía. 

9.Sin embargo, Hashem  nos a concedido un medio en particular cuyo nivel es superior a los demás medios que acercan al hombre a Él, y es el estudio de la Tora; y éste tiene dos aspectos: primero, la lectura y el estudio simple, segundo, el aspecto de la comprensión (secretos). Pues, he aquí, Su benevolencia quiso y compuso para nosotros un texto tal como decretó Su sabiduría y nos lo entregó, cuyas palabras tienen la propiedad singular de hacer que en quienes las estudian con santidad y pureza y con la intención correcta -es decir por amor a Él- se incremente una suprema excelencia y una perfección muy grande. 

Asimismo, quien se esfuerce en su comprensión, adquirirá cada vez más y más perfección conforme a su esfuerzo, y con mas razón, si llegará al conocimiento de sus secretos y misterios, pues con cada uno de esos conceptos que conozca, se fijará y reforzará en su alma un cierto grado de los mas altos niveles de excelencia y perfección verdadera. Y a través de estos actos el hombre no sólo adquiere excelencia y perfección para él mismo, sino que toda la creación -en su totalidad y en cada detalle- también se eleva y se perfecciona; y particularmente, a través del estudio de la Tora. 

10.No obstante, la causa de todos los estados del hombre -su oscuridad o su luminosidad- depende de sí Él dirige la luz de Su Presencia hacia él o la oculta de él, pues he aquí, cuando el Señor ilumina algo con la luz de Su Presencia, se incrementa la pureza y la perfección en eso que recibió esa luz, y de acuerdo al grado de luz será el grado de perfección y pureza que deriva de la misma; y lo contrario ocurre cuando hay una ocultación de Su luz. [Escribe el Or Hadérej: el Ramjal nos enseña aquí que Hashem  no creó un sistema que funciona por sí mismo y que la purificación y la excelencia dependen en forma automática de las acciones del hombre, sino que todo depende de la relación de Hashem con el hombre, es decir, si Él le envía Su luz o no, y Su luz es lo que lo purifica] Y en verdad, Hashem siempre ilumina a quien se acerca a Él y por Su lado nunca niega el bien; pero quien no se acerca a Él se verá privado de Su luz, y esta privación se debe al hombre que debería recibirla, y no a Hashem, bendito sea. 

 Y he aquí, la Sabiduría Suprema decretó que quien hace aquellas acciones que Él ordeno -es decir, sus mandamientos-, se acerque a través de cada acción un grado determinado de acercamiento a Él y reciba un cierto grado de la luz de Su Presencia, correspondiente al nivel que se acercó a Él, y se incremente en él la perfección en un cierto grado, la cual es el resultado de ese nivel de luz. Y lo contrario a esto es lo que ocurre con las transgresiones: con cada acción de éstas que el hombre haga -Hashem nos guarde- él se alejará de Él en cierto grado, y se incrementará en él en cierto grado la ausencia de Su luz correspondiente a la ocultación de Su Presencia, y a través de esto se incrementara en él algún grado de imperfección, el cual es el resultado de esa ocultación de Su Presencia. 

11.Vemos entonces, en base a todo lo que hemos explicado, que el verdadero propósito de todos los preceptos es dirigirse a Él, acercarnos a Él y brillar por la luz de Su Presencia; y la abstención de los pecados es evitar alejarse de Él, ese es su verdadero objetivo. Sin embargo, los detalles de los mismos tienen una muy profunda significancia en relación con los detalles de los aspectos del hombre y la creación, como dijimos; y hablaremos más sobre ellos más adelante, con la ayuda de Hashem. 

 Rabí Moshe Jayim Luzzatto

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