El tiempo es tan amargo como Maror
Al principio, el camino espiritual se ve bueno, atractivo, seductor, parece prometer todo tipo de logros y revelaciones. Pero luego, empezamos entender que tenemos que pagar por todo, que requiere que logremos equivalencia de forma con el grado espiritual. El camino se vuelve más difícil, ya no tan atractivo, incluso es repulsivo, confuso, humillante. Ese es el momento simbolizado por Maror (hierba amarga). De hecho, no es fácil cruzarlo, porque es como buscar la meta en total oscuridad, pasar por gran cantidad de senderos peligrosos, puentes estrechos, hasta subir a la montaña del palacio del Rey. Llegar ahí parece tan difícil como disparar a una pequeña moneda desde una gran distancia. Necesitamos agudizar nuestros sentidos, acostumbrarnos al nuevo estado, elevarnos por encima de la razón a un nuevo tipo de sensación. Necesitamos aumentar la importancia de la meta y del Creador. De lo contrario, la meta espiritual pierde relevancia en nuestro deseo egoísta. Vemos que m