Método Nimrod o el Método Abraham



Baal HaSulam, La Libertad: La separación entre la gente es la fuente de toda calamidad e infortunio. 

Pero con conceptos e ideas, todo es lo opuesto: la unidad sin crítica es considerada la fuente de toda falla y obstáculo para todo el progreso y la germinación didáctica… Mientras más contradicciones y mayor crítica haya entre las opiniones, más crecen el conocimiento y la sabiduría y los asuntos se vuelven más adecuados para el examen y la aclaración… Así, evidentemente, la base del éxito físico es la medida de unidad de la sociedad y la base del éxito en la inteligencia y el conocimiento es la separación y el desacuerdo en ella. En la sociedad humana ordinaria, es mejor lograr paz y acuerdo, como entre niños buenos. 

Pero si queremos crecer, sólo es posible si las contradicciones, la crítica mutua y los desacuerdos también se intensifican y al mismo tiempo, “el amor cubre todas las transgresiones”
Tenemos que entender que discutimos sólo porque se nos revelan deseos más grandes, que nos impiden la unión con los demás. 
En consecuencia, pedimos la unificación por encima de todos los desacuerdos. 

La conexión ordinaria es posible en la familia o en la gente que existió antes de la fractura de los babilonios. 
En la antigua Babilonia, muchas naciones solían vivir como familia y hablaban una sola lengua. Pero de pronto, surgió el egoísmo y sus deseos se contradecían. Empezaron a pelear, lo que resultó en la construcción de la Torre de Babel. 

Surgieron dos métodos para resolver el problema. Uno fue propuesto por Nimrod, quien dijo: “Vamos a dividirnos y a dispersarnos en todas direcciones, tan lejos como sea posible unos de otros”. Después, el egoísmo creció aún más, cada grupo empezó a luchar de nuevo y nos dividimos más
Nuevas peleas llevaron a más separación. 
Y así llegamos al mundo contemporáneo, donde cada uno vive para sí y no quiere ver a nadie cerca. Celulares y computadores -es todo lo que necesitamos. 

Queremos estar solos en nuestra casa y que nadie nos moleste. Pronto, la comida nos será entregada en helicóptero, biomasa con el sabor que pidas, ni siquiera necesitemos dejar la casa. 
Este es el método de Nimrod, que inició en la antigua Babilonia y está alcanzado su manifestación final en nuestros días. 
También está el método de Abraham, que enseñó la unión por encima de los desacuerdos. Es decir, la diferencia en opinión debe existir y mientras más se revele, mejor, más fuerte la conexión que se puede construir. 

Los seguidores de Abraham, quienes se llamaron el pueblo de Israel, tuvieron éxito en alcanzar la cima de la unidad, llamada la construcción del Primer Templo. Pero no pudieron sostenerla. 
No fue posible porque tuvieron que pasar por rompimiento y dispersión entre las naciones del mundo, para darles el deseo de unirse. De acuerdo al método de Abraham, los desacuerdos permanecen pero “el amor cubre todas las transgresiones”. 
Así, llegamos a la verdadera libertad, cuando nos liberamos del gobierno del ángel de la muerte y nos elevamos por encima. 

Específicamente, gracias al egoísmo, nos unimos en un nivel cada vez más alto. Gracias a la unidad por encima de los desacuerdos, empezamos a entender, a sentir, a percibir la diferencia entre oscuridad y luz, lo que nos da la sensación de la realidad espiritual, a pesar de que somos totalmente corporales. Esta es la esencia del método de Abraham. No hay otros métodos, sólo estos dos: ya sea distanciarnos entre nosotros, de acuerdo al método de Nimrod o, unirnos por encima de las diferencias, de acuerdo al método de Abraham. 

Michael Laitman

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 3/ene/17, “Educación para la concesión” 



¿Cómo terminó la disputa entre Abraham y Nimrod? 

Históricamente, la sabiduría de la Cabalá comienza en la antigua Babel donde toda la humanidad encontró un nuevo estado. Antes de eso, las personas vivían una vida que todos entendían. Todos querían tener éxito y de alguna manera se llevaban bien entre ellos. De pronto, sin embargo, sintieron cuánto se odiaban entre sí y no podían llevarse bien. 

Los conflictos comenzaron y su orgullo creció tanto que alegóricamente este periodo es descrito como un tiempo en que las personas querían construir una torre para llegar al cielo. Era una situación muy peligrosa, una verdadera guerra civil, una guerra interna. Muchas personas trataron de resolver este estado y muchos hombres sabios de ese tiempo se dieron cuenta de la razón para la crisis. La razón era que toda la humanidad estaba en un lugar y las personas estaban estrechamente conectadas entre sí; el sistema integral fue revelado entre ellos, pero sus relaciones no eran buenas. 

Tenían dos opciones: o mejorar las conexiones entre ellos, lo cual significa corregirse, o alejarse unos de otros y romper las conexiones. Si una conexión es mala y no puede ser corregida, entonces tienen que separarse. Así, se formaron dos escuelas: A la cabeza de una estaba Abraham quien decía que la naturaleza humana debe ser corregida y las personas deben conectarse mediante el amor, entendimiento, hermandad, y cercanía. 
A la cabeza de la segunda estaba Nimrod que habló de alejarse unos de otros, como una pareja que se divorcia hoy en día ya que no pueden llevarse bien. La humanidad siguió a Nimrod, decidió separarse, y se dispersó por todo el mundo. Este estado continuó hasta el final del siglo 20 en el que está regresando el mismo estado que sintieron las personas en la antigua Babel. 

Una vez más nos encontramos conectados, no en un pequeño lugar sino en todo el globo. Ahora no podemos resolver el conflicto usando el método de Nimrod de alejarnos más los unos de los otros. No hay lugar para alejarnos porque la conexión integral se revela completamente entre todos. No hay opción ahora, excepto seguir el método de Abraham, lo cual significa corregir las relaciones entre nosotros al corregir la naturaleza humana. Este es el estado en el que estamos hoy. Es por esto que el método de Abraham, llamado la sabiduría de la Cabalá se revela hoy en día, el cual explica cómo corregir nuestra naturaleza para que las conexiones entre nosotros sean buenas.

Michael Laitman 

De la Convención en France  “Uno para todos y todos para uno”, día uno del 5/9/14, Lección 1)

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